jueves, 14 de julio de 2011

Colorín colorado...

Ya hace unas semanas que he vuelto a casa y, como todo en esta vida, también le llega el momento a este mi blog de la conclusión. Han sido meses en los que con mayor o menos frecuencia he ido colgando mis experiencias en el otro lado del Atlántico con la excusa de manteneros informados de cómo me iba la vida por allá.


He de reconocer que he sido egoísta y lo he hecho más por mi que por vosotros y vosotras, porque cuando escribía pensaba en vosotros y vosotras y esto mitigaba en parte la separación física que en ese momento pudiera existir. He disfrutado mucho con este blog, con vuestros comentarios, viendo que quizás no estaba tan solo como muchas veces me sentía.

He de reconocer que este blog no refleja la realidad, es intencionadamente parcial y muestra la parte "buena" de esta experiencia, porque siempre he pensado que las cosas buenas son las que han de dejar memoria, mientras que las malas deben ser información inútil que, aunque es bueno que queden en la memoria, porque en esta vida de todo se ha de aprender, han de quedar reservadas solo a aquellas personas especiales que están más cerca de tu alma, y siempre que sea posible deben quedar relegadas a un último plano en el bagaje vital de la persona.

He de reconocer que, aunque sigo siendo el mismo, esta experiencia me ha cambiado; no ha sido una revolución en mi vida, pero si que ha supuesto una sutil modificación en mi forma de ver y entender el mundo. Las cosas que me han pasado, lo que he visto, lo que he vivido, lo que he sentido; pero sobre todo aquello que no me ha pasado, ni he visto, ni vivido, ni sentido, han colaborado a ese proceso que nos ocupa toda la vida y que nos construye como personas, por lo que el balance es siempre positivo.



Dicho esto y con esta imagen de una de las ventanas del MoMA llega el momento de la conclusión, y quiero despedir este blog a lo grande, al nivel de la despedida física de Nueva York, con el relato de un fin de semana perfecto, no voy a decir que el último, que espero no lo sea, sino el inmediatamente anterior a mi vuelta a casa. Ruego os pongáis cómodos/as y permitáis a vuestra imaginación suplir mi torpeza en la expresión.



Terminados los exámenes, limpia y vacía mi habitación, con el equipaje hecho como todo buen equipaje, quedándome solo con lo más esencial, llegaba el momento de las despedidas, nuca me han gustado las despedidas y siempre huyo de ellas, y he de volver a reconocer que hay muchas personas de las que debería haberme despedido en condiciones y no lo hice. La despedida de la Universidad fue sencilla, con algunos amigos y unos refrescos en Kelly. Era una noche de niebla, casi triste al igual que yo.



Abandoné Stony Brook un sábado por la mañana tomando el tren con destino a Manhattan. En la ciudad unos amigos tuvieron a bien acogerme en su casa, dónde dejé las maletas y me dirigí a Washington Square para asistir a la concentración anexa al movimiento 11M que también ha sido fruto de comentario por lo que no me voy a extender en ello.

Tras la manifestación, que acabó siendo disuelta por la policía, porque, según comentaban por allí se había pedido un permiso municipal para unas 50 personas y en silencio y nos juntamos allí unos 300, la mayoría españoles, y diles tu que se estén callados...

Ese mismo día la Real Sociedad se jugaba el descenso... Olatz, al final mi predicción se hizo realidad, desciende el Celta y el año que viene derbi gallego en segunda. Nos dirigíamos a un bar para ver el partido y ocurrió una de esas cosas que ocurre con frecuencia en Nueva York, algo inesperado, nos cruzamos con la "Dance Parade", gente bailando por la calle, una excusa más para hacer un desfile, que la gente se divierta y los frikis se luzcan... como dijo Elena aquello parecía más la "Drugs Parade" pero no he de ser yo quien acuse a los participantes de consumir psicotrópicos, aunque lo piense.



Tras el partido me retiré a descansar un par de horas, la noche anterior fue intensa y dormí poco, por no decir nada... En el Starbucks junto a un frapuchino, me habían comentado el plan de la noche al que amablemente me invitaron a unirme y al que no me pude resistir. A las diez de la noche, ya descansado, esperaba en Bryant Park a que me recogiera una limusina.


La primera parte, paseo en limusina por Nueva York, recomendable, la ciudad se ve diferente a través de sus cristales. Paramos en Brookling, junto al puente, para sacarnos unas fotos, un grupo de asiáticos nos miraban mientras bajábamos uno a uno... Fotos de rigor y vuelta a nuestra fiesta particular.



El champán, el ron y el vino de Albariño, animaron la noche y no se podía quedar solo en eso, así que después salimos de fiesta. Intento de entrar en Pachá-NY, al final fallido por lo caro de la entrada. Allí perdimos a Marián y nos trasladamos a un local cercano, un local cómo cualquier otro, iba yo de camino al baño cuando un grupo de chicas me asaltaron y se pusieron a bailar conmigo, los que sois guapos estaréis acostumbrados a que os pasen estas cosas,pero comprended que a mi esto no me había pasado en la vida.



De allí a otro local, dónde con la cerveza te regalaban perritos calientes, la noche iba avanzando y siempre apetece en estas circunstancias meter algo en el estómago. Allí conocí a un grupo de mexicanos, gente maja, con los que charlando pasé un largo rato, al final me invitaron a un chupito, que nunca he llegado a saber que llebaba pero que estaba muy bueno, según ellos era algo propio de allí que tenía que probar. Hablamos de muchas cosas, de la vida en la ciudad, de sueños cumplidos y frustrados, de recelos internacionales, de la altanería de los españoles, de la dignidad de la América Latina, de lo humano y lo divino... como he dicho, gente maja.

Ya era tarde y tocaba retirarse, como de costumbre me hice mi planing de metros para llegar a mi alojamiento y me dirigí a la estación más cercana... habían sido días intensos, el metro tardaba, el cansancio me pudo y me senté en las escaleras... lo siguiente que recuerdo es a dos policías despertándome y preguntándome si me encontraba bien... no se cuanto tiempo pasé dormido, calculo que al rededor de una hora o más, porque cuando entré en el metro era noche cerrada y cuando salí el sol ya brillaba.


Domingo: dormí toda la mañana, por la tarde visita al MoMA




Allí me descubrí rodeado de algunas de esas obras de arte que ves en muchos libros, en las noticias, que roban en las películas... y de cosas que... bueno, y de cosas. Yo ruego se me perdone mi total y completa ignorancia de paleto gallego, pero poseo la firme convicción de que por mucho que se exponga en un lugar destacado en uno de los museos más importantes del mundo, una pala colgada del techo y una rueda de bicicleta enchufada en una silla no es arte... puede ser bonito... pero no es arte.



Tras esta inmersión en el mundo del "arte moderno" cena en un tailandés, quieras que no, yo siempre lo he dicho y lo diré, cuando comes con los dedos la comida sabe mejor y cuando pruebas comidas de otros lugares has de hacerlo como se hizo siempre, como aquellos que han desarrollado esa gastronomía tenían previsto que fuera consumida. Además lo buena que está una comida es directamente proporcional a lo que te pringas al consumirla.


Tras la cena, paseo sosegado y tranquilo por la ciudad. Creo que en anteriores ocasiones ya he comentado ese gran placer que he sentido vagando sin rumbo entre calles, personas, lugares, películas... como me he quedado anonadado viendo a la gente que va y que viene, o descubierto algo sencillamente sorprendente en el rincón más inesperado. En esta ocasión los pasos, y mis cicerones Secho y Mar, me llevaron al High Line Park, un parque peculiar, suspendido sobre la ciudad, atravesando edificios, son las antiguas lineas del tren que se usaban para transportar el ganado hacia los mataderos, hoy convertido en un moderno parque, agradable, sobre todo agradable. Allí mientras el parque atraviesa uno de esos edificios nos encontramos una pequeña obra de arte sonora, cada minuto una grabación reproducía el sonido de una campana diferente de las que antiguamente poblaban la ciudad... todavía me parece oírlas al recordarlo.


Y si continuas caminando, puede ser que te ocurra como a mi, que de repente creas haber dado un salto en el tiempo, cruzas una calle y doblas una esquina y te encuentras en la oscuridad de la noche bañado por la luz ténue de los faroles de gas que te transportan a otro tiempo, casi te imaginas en otra ciudad, porque la moderna urbe que es hoy Nueva York tiene un rico pasado y algunas memorias todavía perviven ocultas entre los modernos rascacielos de acero y cristal. Esta imagen fue tomada junto al Gramercy Park, un curioso parque privado en el corazón de la ciudad.


Tras el paseo toca retirarse, termina otro día, queda menos para partir, mañana más y mejor.


Es lunes, empieza la semana y estoy en la ciudad ¿qué hago?, en cualquier lugar del mundo esa sería una pregunta lógica, pero no aquí, aquí el problema es preguntarse ¿qué no hago?... Su Jean (Susan), la hermana de Su Yoon (Katie) se marchaba en avión por la mañana desde Newark, paradógicamente no volaba con su hermana, sino que Katie tenia el vuelo por la noche, así que convenimos pasar el día juntos en la ciudad, algo que habíamos hablado muchas veces pero que nunca había llegado a ocurrir.


La recogí en Penn Station y caminamos hasta Times Square a decirle hasta pronto a la Gran Manzana.

NOTA: Penn Station es la abreviación de Pennsylvania Station (un poco de cultura)


NOTA: Times Square se llama así porque en tiempos pasados el periódico "The Times" tenía su sede en esa plaza, y la gente decía: - vamos a la plaza del Times - así que le quedó lo de Times Square.



ATENCIÓN CHICAS (y chicos... no seré yo quien critique los gustos ajenos): Este elegante caballero es el famoso Naked Cowboy (el vaquero en pelotas) que si visitáis Nueva York y os paseáis por Times Square igual tenéis la suerte de encontrároslo, es una atracción turística más, como el Empire State Building o la Estatua de la Libertad. No tiene problema en dejarse fotografiar con cualquier chica que se acerque y además es amable y simpático. Como cortesía reparad en que en la parte superior de la guitarra hay una ranura con la finalidad de que deslicéis en ella algún billete. Yo quería sacarme la foto con la Naked Cowgirl pero no estaba, un motivo más para volver.


Estando en Manhattan, en el Uptown está la famosísima Universidad de Columbia, yo puedo decir que he ido  a esta Universidad, aunque haya sido como turista, que si omitimos la segunda parte siempre queda muy cool. Allí nos fuimos a hacer de intelectuales a una cafetería... es lo que exige estar en una Universidad en la que hay más premios Novel que hijos de proletario...



Fallido el intento de parecer intelectuales... nos pusimos a hacer el ganso.



Reparese en el trasfondo de la última imagen que si hay intelectuales.


Foto obligada en Columbia, parada en el Starbucks para... y a visitar la catedral de St. John the Divine (San Juan el Divino) en Amsterdam Av. No es la Catedral de Santiago, por supuesto, pero pese a ser de la competencia es un edificio hermoso. El nombrecillo se presta al chiste, en eso los católicos somos más cautos y ponemos nombres sencillos (salvo los kilométricos nombres de las cofradías de León) por ejemplo: Catedral de Santiago, en honor a Santiago Apóstol y está en Santiago de Compostela... ¿por qué complicarse?


Más sesión fotográfica para inmortalizar nuestra presencia en lugares con encanto.


Visita a la inumerables veces inmortalizada estación "Grand Central".



Más alcantarillas echando humo, ahora conocéis el motivo.


La Biblioteca Pública, que a mi siempre me recuerda a la película "El día de mañana".


Vuelta por Times Square donde ya no estaba el vaquero en porretas sino la policía montada.


Y nuevamente en Penn Station despedí a Katie a pie de tren con la promesa de algún día volver a vernos... Tú a Seul y yo a Ponteareas. Hasta siempre.


El lunes termina... El martes sale mi avión, pero todavía queda tiempo para más buenos momentos con mejores compañías.

Es martes y quedé con San, la buena de San, la no-americana más guapa de los Estados Unidos, la del pelo Pantene y apetito voraz...


La comida en Lombardi's, la que, supuestamente, es la primera pizzería en los Estados Unidos, allí rodeados de fotos de famosos comiendo en el local nos introdujimos entre pecho y espalda una pizza que, a falta de una palabra mejor, estaba cojonuda.



Mucha pizza y poca mesa.


Y cómo dice el poeta: "todo pasa y todo queda", todo ha de tener un final al igual que en su momento se produjo un principio. San me llevó al aeropuerto y allí, en la entrada del JFK, con un abrazo, me despedí de San y con ella de los Estados Unidos... Hasta que cualquier giro inesperado de la vida me lleve otra vez a coincidir con todos aquellos que allí dejé y con todos aquellos que de allí se fueron. Quede testimonio en este mi blog de lo que allí ocurrió para que, cuando la demencia senil me haga olvidar lo vivido, pueda tener a mi lado una voz amable que me lo recuerde.

Espero haberos entretenido.


Por todo lo que pudimos pensar, y no pensamos,

por todo lo que pudimos hacer, y no hicimos, 

por todo lo que pudimos decir, y no dijimos,

te pedimos, Padre, misericordia. 

(El Guerrero Número 13)

3 comentarios:

  1. Mytilus, me quito el sombrero con la última entrada :D ¡Me has hecho recordar grandes detalles de la noche de la Limo!

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  2. Qué noche!! pena que no hubiera más así...

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  3. Lucía dixo:

    benvido á casa de novo! :)

    quédome ca foto na que tes postas as gafas de sol! jaja moi boa!

    fin dunha das moitas experiencias que lle contarás ós teus netos :)

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